Blonda de imitación (detalle)

El encaje de blonda de imitación data del siglo XIX. Se trata de un trabajo relacionado con el bordado, que intenta imitar la blonda auténtica utilizando los mismos diseños que ésta.

 

Como base se utiliza un tul mecánico de seda o algodón, bordado fundamentalmente al pasado utilizando diversos puntos de fantasía que imitan los fondos de la blonda realizada con bolillos.
Se realizó sobre todo en monasterios y en muchos pueblos de Castilla y León.

La malla se remonta al tiempo de los Iberos. Se trata de redes realizadas con hilo, mallero y lanzadera y se trabaja en el aire sobre los dedos.


Castilla y León ha tenido una gran tradición en estos trabajos. Muchas de las mallas genuinas expuestas en museos de otros países y regiones proceden de la nuestra. Generalmente son ejemplares de los siglos XVI y XVII.


La malla llamada de "zurcido" es la más antigua y se llama así debido a que se borda cruzando hilos sobre la red, componiendo así los motivos ornamentales.

Encaje de malla


En el siglo XIX la técnica de zurcido se enriqueció, añadiendo guipures en forma de hojitas, puntos de espíritu, milanos, etc.

Los soles de Salamanca se realizaban ya en los siglos XV y XVI. En el siglo XVII alcanzaron su perfección y fueron muy populares en los siglos XVIII y XIX. Aunque se denominan "Soles de Salamanca", se realizaron en toda la región de Castilla y León, así como en Extremadura y Cataluña. Los soles de Tenerife y Paraguay derivan de ellos, pero su realización es mucho más sencilla al haber adoptado técnicas diferentes a las nuestras.

 


La aplicación a la que se destinaron con más frecuencia se encuentra en paños de ofrenda, manteles de altar y especialmente en albas.
Han sido confundidos con los deshilados al estar realizados como ellos entre franjas de tejido de lino, pero su técnica es completamente distinta.

La palabra macramé es de procedencia árabe. Su antigüedad se remonta a los asirios. El macramé se trabajó mucho en España y tuvo un gran arraigo en Castilla y León durante los siglos XVI y XVII.

 

Macramé de elaboración actual


Se han hallado muchos ornamentos sagrados adornados con este encaje, sobre todo destinado a flecos y borlones. En épocas posteriores, durante los siglos XVIII y XIX, su uso se limitó a prendas del hogar, por lo general a flecos de toallas, de los que hay gran abundancia.

Estos encajes se elaboraron en Segovia durante los siglos XVI y XVII.

Encaje segoviano (elaboración actual)


Su dibujo es muy sencillo y el punto empleado es a base de trenzas. Aparece en dechados, camisas noviales, manteles y frontales de cama.
Los colores más característicos son el azul, el melado, el blanco y el rojo.